Historia del ministerio internacional

La primera idea de SEAN surgió en un área rural del sur de Chile en la década de 1950. Su creador fue Antonio Barratt, un misionero anglicano de la SAMS (Sociedad Misionera Sudamericana). Allí, vio la necesidad de comenzar un instituto bíblico y contribuyó al Centro de Capacitación Agrícola para las iglesias mapuches. Así, Antonio Barratt experimentó con un nuevo sistema de cursos que combinaba el aprendizaje autodidáctico con el estudio grupal para revisar lo aprendido individualmente. Este sistema dio generosos dividendos, pero sólo fue usado a un nivel local y con alcances reducidos.

El pastor Barratt siguió su ministerio en Paraguay y luego en Tucumán, Argentina. En ese tiempo el concepto de ETE (Educación Teológica por Extensión), gestado en Guatemala, ya se había popularizado a diversas escalas. ETE, con su objetivo de llevar el Seminario a las iglesias locales, fue la plataforma para que los cursos originados por don Antonio llegaran a perfeccionarse y ser conocidos.

En el año 1971, a pedido de la iglesia, don Antonio formó un pequeño equipo de pastores y profesores de Argentina, Chile y Paraguay, y fundó formalmente SEAN, que en un inicio significó Seminario por Extensión Anglicano, pero por su crecimiento fue registrado como una fundación internacional e interdenominacional con su nombre actual: Seminario por Extensión a las Naciones.

Los primeros cursos fueron Vida Abundante y los seis tomos del Compendio de Teología Pastoral, un compendio de la vida de Jesucristo basado en el evangelio según Mateo. Se establecieron objetivos pedagógicos y prácticos y se repartió la tarea entre el equipo de escritores en sus países de residencia. Estos elaboraban y probaban las lecciones asignadas para enviarlas al equipo editor en Tucumán.

Todo el trabajo final se hizo en la casa y el garaje de la familia Barratt. Nadie se escapaba, ni siquiera las visitas. Fueron varios los obispos y dignatarios visitantes que debieron caminar alrededor de la mesa del comedor compaginando libros. Eran alentados por el hecho de que debían despejar la mesa para poder almorzar. De entre su familia, su hijo Terrick Barratt siguió la visión de su padre y tras él llegó a ser Director Internacional del ministerio.

Don Antonio ha pasado a morar con el Señor, pero el ministerio continúa. El grupo de SEAN sigue escribiendo, corrigiendo y modernizando los cursos. Oremos por ellos, elevemos una oración de agradecimiento al Señor por los miles de estudiantes que alrededor del mundo se capacitan para hacer conocer el Evangelio de Jesucristo con los cursos SEAN.

SEAN en Costa Rica

El hermano Kenneth Mulholland dio a conocer a AIBC el nombre de SEAN tras usar los materiales en Guatemala siguiendo el conocido “Método de Guatemala”. Fue este misionero quien ofreció los primeros entrenamientos de tutoría en San José, Upala y Guanacaste. La Junta Directiva de AIBC, junto al Comité de Asuntos Ministeriales, nombró al hermano Enrique Lahnner como responsable en Upala y a don Guillermo Brown en el Área Metropolitana.

En esta época la obtención de los materiales se tornaba difícil por la inexistencia de un proveedor permanente por lo que debían solicitarse a diferentes países (inicialmente Argentina y Chile, primeras sedes del ministerio, así como a Colombia). Esto obstaculizaba la continuidad de los estudios y aumentaba costo de los materiales, sin decir que muchas veces los pedidos se perdían o llegaban dañados por las largas travesías en barco.

Ante tales circunstancias, don Guillermo Brown y la Junta Directiva de la AIBC solicitaron ayuda a Visión Mundial y permiso a la sede internacional de SEAN para imprimir los libros en Costa Rica. Tras los trámites requeridos se obtuvo la ayuda y el visto bueno para que, a partir de 1979 iniciara la impresión local de los cursos. Como parte del acuerdo de impresión, se formó la Comisión Interdenominacional de SEAN, la cual vela por que el material sea accesible a todas las denominaciones dentro de Costa Rica.

Hoy llegamos a toda América Central, Estados Unidos, Canadá, Bélgica y Cuba. Agradecemos a Dios por todos los años que hemos funcionado como Seminario, por los más de 16.000 estudiantes que han tomados los cursos, por los más de 2.000 tutores que se esfuerzan cada día para llevar la visión de SEAN, y por una iglesia preparada para toda buena obra